Para compartir

Contenidos para que tu equipo se sienta al 100%.

¡Comienza a ejercitar tus emociones positivas!

Comienza a ejercitar tus emociones positivas

Antes de que se produzca la Segunda Guerra Mundial, el personaje de Guido de la película La vida es Bella se enamora de Dora y tienen un hijo, Giosué. Al estallar el conflicto bélico, los tres son internados en un campo de concentración, donde Guido hace todo lo posible para que su hijo crea que la terrible circunstancia que están padeciendo es tan solo un juego ideado para ganar un gran premio: un tanque. Así, Guido convierte ante los ojos de su hijo una situación desoladora en un escenario lleno de positividad, oportunidades y esperanza.

Volviendo a nuestra realidad, ¿sabías que solo experimentamos una emoción positiva por cada cuatro emociones negativas? La explicación que se ha dado a este fenómeno es que hay más situaciones que requieren la evitación. Es decir, hay más emociones negativas que positivas debido a que, a lo largo del día, encontramos más amenazas que oportunidades a las que aproximarnos. Pero, como afirma la teoría de Fredrickson (1998, 2001), mediante las emociones positivas podemos fortalecer nuestros pensamientos y recursos personales para afrontar situaciones difíciles.

Las emociones positivas, además de ser agradables, promueven pensamientos creativos que ayudan a ser originales en la solución de problemas y fortalecen nuestro bienestar. Acuérdate del personaje de Guido que, haciendo uso de las emociones positivas que experimenta, también consigue ingeniárselas para poder conquistar a Dora y resolver los contratiempos que le surgen en su entorno laboral.

Si quieres aprender a potenciar tus emociones positivas, atrévete a incorporar a tu día a día las siguientes claves:

  1. Ten en cuenta cuál es tu círculo cercano… sano: en él, encontramos a nuestra pareja, las relaciones de amistad y las familiares. Cuida la comunicación con ellos, dedícales tiempo de forma regular y comparte con ellos las experiencias agradables que hayas tenido.
  2. Deja de preocuparte en exceso: las personas que experimentan más emociones positivas pasan mucho menos tiempo preocupadas. No se trata de dejar de hacerlo, ya que ser previsor es bueno. Es cuestión de equilibrar la balanza y no estar permanentemente alerta. Guido estaba preocupado, pero dejó fluir su mente para encontrar las soluciones óptimas y conseguir que su hijo pudiera sobrevivir en ese entorno tan violento, no solo a nivel físico, sino psicológico.
  3. Oriéntate al presente: probablemente te suene el mindfulness, basado en principios de la filosofía oriental, como la budista. En él, se insiste en que una forma de alcanzar la felicidad es no perderse el presente o, en otras palabras; no quedarnos anclados en lo que ocurrió en el pasado ni pensar continuamente en lo que puede pasar en el futuro. Para ello, es importante atender a lo que sucede a nuestro alrededor. ¿De qué sirve estar pensando durante las vacaciones en lo mal que nos vamos a sentir a nuestro regreso?
  4. ¡Recompénsate!: muchas veces estamos demasiado pendientes de lo que hacemos mal para autocastigarnos. Podemos decirnos que no servimos para nada, que somos unos inútiles… ¡pero no nos recompensamos por las cosas buenas que hacemos o por los hitos que cumplimos! Intenta premiar tus logros a través de autoelogios o mediante un pequeño regalo, como un disco, un libro o una peli. El autorefuerzo te ayudará a sentir emociones positivas, ¡no lo olvides!
  5. Mantente ocupado en aquello que te hace disfrutar: esta clave está muy ligada a nuestra cuarta pauta, ya que también se trata de una forma de recompensarnos. Si vas a escuchar ese CD nuevo que te has comprado, escúchalo pausadamente, saboréalo y comparte tu experiencia con alguien cercano, ya que el placer compartido vale por dos.

Nuestras emociones positivas influyen en cómo pensamos y, además, nos preparan para la acción, comunican nuestro estado de ánimo y facilitan las conductas adaptativas. Guido podría haberse anclado en la tristeza, la rabia o la ira, pero en lugar de ello, decide ejercitar las emociones positivas para mejorar su realidad.

Y tú, ¿te atreves a poner en forma tus emociones?

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *