A veces nos centramos tanto en construir un ‘futuro perfecto’ y sin preocupaciones que olvidamos aprovechar el ‘ahora’. Cuando ocurre esto, podemos sentir que no abordamos con la misma energía los objetivos a corto plazo, que no disfrutamos plenamente del tiempo de descanso e incluso que nos hemos convertido en meros espectadores de nuestra vida.

La práctica del mindfulness nos ayuda a romper con esta mecánica para que aprendamos a sentir y escuchar lo que nos rodea. Y, sobre todo, para que aprendamos a sentirnos y escucharnos a nosotros mismos.

El mindfulness

‘Mindfulness’, que en castellano significa ‘atención plena’, es una técnica que ha ganado una mayor popularidad en los últimos años, pero no es precisamente novedosa. Y es que dentro del mindfulness englobamos prácticas de relajación, aceptación y meditación, muchas de ellas adaptadas de tradiciones budistas de más de 2500 años de antigüedad.

Aunque hay decenas de formas de practicar el mindfulness, siempre perseguimos el mismo objetivo: gestionar las emociones y pensamientos de manera que podamos mejorar nuestro bienestar. Por eso, solo hay que encontrar la práctica que mejor se adecúa a nuestras necesidades ¡y conectar con nosotros mismos!

Tipos de mindfulness

Clasificamos las prácticas de mindfulness en dos grandes grupos, estrechamente vinculados a cómo lo integramos en nuestro día a día:

Prácticas formales

Sentados o tumbados, nos ‘detenemos’ unos minutos a realizar ejercicios concretos que nos hacen conectar con nuestro entorno y con nosotros manera plena. Un ejemplo sería efectuar una meditación guiada tras acabar la jornada laboral.

Prácticas informales

Incorporamos el mindfulness en actividades que realizamos de forma cotidiana y nos centramos en el momento presente para disfrutarlas conscientemente. Por ejemplo, antes de ir al trabajo, saborear nuestro desayuno, oler el café, disfrutar de la compañía…

Cómo incorporarlo en nuestra organización

Ocupar nuestra mente en problemas pasados y objetivos futuros, sin dejar espacio para el ‘ahora’, también tiene repercusiones en nuestra vida laboral: estar más cansados, bajar el rendimiento y no ser capaces de concentrarnos son solo algunas de sus consecuencias.

En Yees! realizamos actividades de mindfulness con los equipos de nuestras Human Companies virtual y presencialmente. Además, compartimos recursos a través de sus espacios virtuales para que cada colaborador pueda practicarlo de manera autónoma, al igual que ofrecemos apoyo personalizado para encontrar las herramientas que mejor se adaptan a cada uno de ellos.

¿Te gustaría mejorar el bienestar y la productividad

de tus colaboradores a través del ‘mindfulness’?