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La trampa del perfeccionismo

Cumplimos 1 año

La perfección no existe

El perfeccionismo puede ser un gran aliado que nos ayude a superarnos en el día a día pero, si no sabemos cómo gestionarlo, corremos el peligro de que se convierta en nuestra peor pesadilla…

En la mayoría de los casos, somos nosotros mismos los que nos imponemos metas demasiado altas y queremos llegar a todo sin un solo fallo. Nos exigimos tanto que, cuando no conseguimos alcanzar el modelo ideal que nos hemos impuesto, nos frustramos. Es entonces cuando aparece un sentimiento de incompetencia, desmotivación e inseguridad, que puede desembocar fácilmente en un estado de ansiedad o depresión.

Es importante que seamos conscientes de que nuestra valía no depende de cuantas cosas hacemos a lo largo del día o de lo perfectas que las hagamos. Valemos por nosotros mismos, por lo que somos y no por lo que conseguimos.

¿Te gustaría descubrir cómo afecta este estado en el entorno laboral y qué medidas implantar en una organización para controlarlo? ¡Sigue leyendo!

Cómo impacta el perfeccionismo en tu equipo

En un entorno laboral tan competitivo y cambiante, es normal que el perfeccionismo se haga presente. No es malo querer demostrar la calidad de nuestro trabajo y dar todo de nosotros para generar buena impresión, pero es importante que lo hagamos desde las ganas de mejorar, no de ser los mejores en todo.

La autoexigencia o perfeccionismo “mal orientado” puede volverse en nuestra contra, dando lugar a graves problemas en los equipos. Algunos de sus efectos negativos son:

  • Desmotivación ante las dificultades
  • Obsesión por los detalles
  • Miedo a cometer errores
  • Baja tolerancia al fracaso
  • Exceso de autocrítica
  • Frustración continua
  • Falta de descanso
  • Irritabilidad
  • Inseguridad

Cómo gestionar el perfeccionismo

Debemos tener el radar bien alerta y evitar los pensamientos catastrofistas y planteamientos extremos, recuerda que no todo es blanco o negro, ¡hay muchos grises! También es importante que aceptemos nuestros errores y los del resto, equivocarse es una posibilidad y no es sinónimo de fracaso, sino que supone una oportunidad de aprendizaje y mejora.

El perfeccionismo bien llevado puede convertirse en un gran aliado y aportar grandes ventajas en tu compañía, creando un ambiente de motivación, concentración y organización muy positivos, y consiguiendo un compromiso real de tus colaboradores con el proyecto.

En Yees! Lo tenemos claro… ¡Nadie es perfecto! Por eso acompañamos a los equipos de nuestras Human Companies virtual y presencialmente para apoyarles en este y otros temas relacionados con bienestar y encontrar las herramientas que mejor se adaptan a cada uno de ellos.

Además, compartimos recursos a través de sus espacios virtuales para que cada colaborador pueda poner en marcha nuestras recomendaciones de manera autónoma. 

¿Crees que tu equipo tiene dificultades

para gestionar el perfeccionismo?

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